El mundo se transforma de forma vertiginosa. Los cambios tecnológicos de las últimas dos décadas han sido galopantes; tan acelerados que si una persona hubiera entrado en estado de coma hace 20 años, en 1999, y de golpe se despertara hoy, no entendería absolutamente nada.
No sabría, por ejemplo, por qué un teléfono móvil ya no tiene teclas -¿¡y cómo voy a llamar!?, ni mucho menos que esos pequeños celulares hacen cosas que ni en sueños podían hacer las computadoras más poderosas: sacar fotos y filmar, encima con una calidad que no tenían ni siquiera las cámaras; publicar de inmediato o transmitir en vivo en las redes sociales -¿redes sociales?-, jugar en línea con personas de todo el mundo o conversar por video con un amigo de China mientras camina por la calle.
Si esa persona que estuvo dormida 20 años hoy despertara y quisiera ver una película la buscaría en una grilla de programaciones o bien querría alquilarla en un videoclub. ¿Ya no hay videoclubes? ¿Cómo que puedo ver una película el día y a la hora que yo quiera? ¿Y guardarla en un teléfono? Serían algunas de las preguntas que probablemente haría.
Cómo funciona la membresía de LA GACETACinco años después de que entró en coma nació Facebook, luego Twitter, Instagram, Snapchat y así una larga lista de plataformas interactivas. ¡Qué difícil sería explicarle de qué se tratan!
Home banking, Wi-Fi, banda ancha, e-commerce, criptomonedas, 4G, 5G, 4K, HD, Full HD, débito automático, aplicación, Apple Store, Play Store, hashtag, spam, troll, iPhone, Android… y un largo etcétera de términos de uso diario, y a veces imprescindibles, que hace dos décadas muy pocos conocían o que directamente no existían.
Hasta deberíamos explicarle qué es y cómo funciona ¡Google!, cuyo uso comenzó a masificarse después de 2000.
En ese cercano pero prehistórico mundo semi analógico nació la edición digital de LA GACETA, el 4 de agosto de 1997. Una fuerte apuesta editorial del diario, aunque por entonces incipiente, para estar a la altura de los cambios que se estaban produciendo.
Apenas podían leerse algunas notas de la edición impresa, y su lectura resultaba lenta y tediosa, con un alcance tan escaso como las lentas conexiones a internet que había en ese momento.
Las transformaciones en LA GACETA digital se sucedieron, al igual que en el mundo, de forma vertiginosa, al punto que si ese tucumano que entró en coma hace 20 años hoy se levantara no reconocería a su diario de cabecera. Foros de lectores, infografías interactivas, actualización de la información las 24 horas, los siete días de la semana, los 365 días del año, producciones multimedia y transmisiones en vivo a través de LG Play y de más de 1,5 millón de seguidores en redes sociales.
Con la posibilidad, además, de acceder a los enormes beneficios y ofertas del Club LA GACETA o de LA GACETA Shop, incluso desde un simple celular.
Gigantes como Netflix, Spotify, YouTube o los principales medios de comunicación internacionales y nacionales han debido realizar importantes inversiones para responder a las exigencias de sus consumidores y lectores: más calidad, más velocidad y más servicios en general.
LA GACETA no está exenta de esta creciente demanda de prestaciones, cada día más rigurosas, y por ello desde el martes 18 de junio se ha implementado un nuevo sistema de membresías.
Muy lejos ha quedado aquella precaria página con algunas pocas noticias, la mayoría de las veces sin siquiera fotos, que se actualizaba una vez al día con informaciones del diario de papel.
Hoy LA GACETA digital es una enorme estructura que procesa contenidos las 24 horas, para medio millón de lectores diarios, que además interactúan con nuestras tres plataformas, impresa, digital y televisiva, a través de más de 10 canales de comunicación, como nuestras líneas de WhatsApp, e-mail, teléfonos, Facebook, Twitter o Instagram, entre otras.
Existen en el mundo distintos modelos de membresía y el que hemos implementado tiene semejanzas con algunos de ellos, pero también características que son únicas de LA GACETA, de acuerdo a los usos y costumbres propias de los tucumanos.
La membresía de LA GACETA on line es individual o familiar (para un titular y cuatro miembros más), y en ambos casos con o sin la adhesión al Club de LA GACETA.
Desde el martes 18 los lectores se encuentran en la página con tres tipos de contenidos: libre, medido y premium, indistintamente si se trata de notas, videos, galerías de imágenes, transmisiones en vivo o cualquier otro producto periodístico.
El libre, como su nombre lo indica, es contenido al que tiene acceso todo el mundo, sin restricciones de ningún tipo.
El medido es el que va sumando la cantidad de notas que consume cada lector, y una vez que se alcanza el límite ese lector debe suscribirse, del mismo modo en que hoy es necesario registrarse.
El contenido premium (próximamente) será exclusivo para los suscriptores, independientemente de las notas que hubieran leído con anterioridad.
En cuanto a los socios del Club LA GACETA que adquieren el diario impreso los siete días de la semana, con sólo registrarse tienen acceso ilimitado y sin cargo a todos los contenidos.
Durante casi 22 años LA GACETA ofreció su edición digital en forma gratuita y afrontando los costos sólo a partir de sus ingresos publicitarios.
Hoy, las crecientes exigencias de nuestros lectores nos demandan mayores esfuerzos. Esperamos estar a la altura de este enorme desafío y que los tucumanos nos sigan acompañando, como no han dejado de hacerlo en estos 107 años de historia.